martes, 19 de abril de 2016

De innovaciones y tecnologías

“El despliegue de color y destreza ecuestre representó una deslumbrante maniobra de distracción que dio a las mujeres y niños tiempo para arrear a los caballos robados hacia el noroeste y salir fuera del alcance de  Huston. Pese a sufrir numerosas bajas ,Joroba de Bisonte había llevado de vuelta a casa , sanos y salvos, a la mayoría de los suyos”.
Jodye y Schilz. Citado en El Imperio de la luna de agosto. SC Gwynne.

Hace unos días el inevitable gurú Bill Gates (aquel que condiciona el desarrollo de una parte importante de las políticas mundiales en materia de energía, educación o salud, por obra y gracia exclusivamente de su dinero) , afirmaba con rotundidad en una entrevista en Reuter que la innovación definitivamente “ es nuestra amiga”. Pero, ¿qué innovación? Cuando pensamos en el término Innovación en el mundo sanitario inevitablemente nos vienen a la cabeza ciertas características esenciales: su origen ( norteamericano en un alto porcentaje de las ocasiones), su ámbito de aplicación ( generalmente hospitalario), su carácter tangible ( un aparato, una técnica o una droga, que suele llevar vinculada una patente) y la existencia de un “dueño” ( generalmente una industria, habitualmente farmacéutica).
Si de lo que hablamos es de Tecnología no podemos evitar pensar en un artilugio de última generación que simplifica la actividad humana hasta hacerla innecesaria.
Aspiran a ser innovadores todos los servicios sanitarios, todos los congresos científicos, todas las mesas redondas . Un ejemplo es el título de alguna de los mesas redondas del último Congreso de “Cronicidad” celebrado en Madrid: “Esteve Cronicidad: Cronexa. Si usted no me hace caso yo no podré ayudarle. ¿Cómo mejorar la efectividad de los medicamentos en los pacientes crónicos polimedicados?”.
 “Avanzar en innovación “ ( mesa inaugural del citado congreso) es avanzar en estratificación, índices o herramientas , pero nunca en Atención Primaria , algo que en el fondo parece estar en las antípodas del concepto de innovación.
Everett Rogers es el padre del estudio de la innovación desde un punto de vista científico. No era un cirujano cardiaco, ni un inventor de computadores. Un simple sociólogo interesado en el comportamiento de los agricultores del medio oeste americano, cuya observación y estudio le llevó a publicar al mejor texto sobre el tema. Rogers define Innovación como “una idea, práctica u objeto percibido como nuevo por un individuo o cualquier otra unidad de adopción. Importa poco si la idea es objetivamente nueva en términos del tiempo transcurrido desde su primer uso o descubrimiento”. Así mismo define Tecnología como “la acción instrumental que reduce la incertidumbre en la relación causa-efecto para alcanzar un objetivo deseado”.
Nada por tanto excluye a la Atención Primaria de ser considerada una innovación. Menos aún de entenderse como una tecnología,  más moderna que muchas de las existentes puesto que pocas como ella “reducen la incertidumbre” en la relación entre un efecto ( la posible enfermedad de un paciente) y las causas que lo provocan.
Rogers habla en su libro de uno de los mejores ejemplos de innovación a partir de la reinvención de algo ya existente: la tribu comanche ( palabra ute que significa “el que está siempre en contra”) no había visto jamás un caballo cuando tomó contacto con los españoles, a mitad del siglo XVII. En apenas dos décadas, no solo habían realizado una perfecta adaptación a sus necesidades del uso y aplicación del caballo, sino que se habían convertido en los mayores expertos en su empleo. Durante cuatro décadas, una banda de apenas tres mil personas  ( incluyendo mujeres y niños) fue capaz de plantar cara y hacer bastante daño al ejército más poderoso de la tierra. No solo se convirtieron en los mejores jinetes de la historia, sino que reconvirtieron al caballo en el mejor aliado para su estrategia de movimiento permanente en un territorio que conocían con la palma de la mano: la Comanchería, extensa zona desolada que se extiende por el actual estado de Texas. La simple articulación de tres palos a espaldas del caballo ( el “travois”), les permitía montar y desmontar campamentos enteros en apenas unas horas, de forma que nunca ubicaban su posición.

El sistema sanitario precisa más de inteligencia que de invención. Muchas de las respuestas ya existen, solo necesitan redescubrirse. La Atención Primaria debe buscar la innovación en sus valores fundamentales, no en índices, pirámides ni aparatos. Porque son esos valores los que la convierten en imprescindible.

(Fotografía: Quanah Parker, caudillo comanche)

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